lunes, 5 de mayo de 2014

REFORESTACIÓN DE LA FINCA


REFORESTACIÓN DE LA FINCA






REFORESTACIÓN DE LA FINCA

La re forestación es una actividad ideal para el pequeño productor que posee en promedio 10 hectáreas, del cual se puede destinar el 10% de la superficie, es decir, una hectárea para plantar árboles maderables. Se puede empezar recolectando las semillas de las especies nativas de la zona y se las hace germinar en macetas para obtener inicialmente unos 280 plantines, como para cubrir 1/4 de hectárea, espaciando 3 x 3 metros. De esa forma, al cuarto año ya se podrá completar una hectárea con alrededor de 1.100 plantines.

Se dispone de más de 20 especies nativas de la Región Oriental de nuestro país, que podrían agruparse en grupos de crecimiento rápido, intermedio y lento, a fin de diversificar el emprendimiento de reforestación que se va a iniciar.
Las especies de crecimiento más rápido son el peterevy, el yvyrapyta, las tres especies de kurupa’y, el cedro, la cancharana, entre otros.
Los árboles de desarrollo intermedio son el yvyraro, el lapacho, el urunde’ymi, el trébol. Estos dos últimos son especialmente de la zona norte.
De lento crecimiento se considera a la peroba, que da una madera muy apreciada para estructuras. El lapacho   considerados de lento crecimiento.
Beneficios multiples
La reforestación puede desarrollarse con fines múltiples, por ejemplo, recuperar y proteger unas zonas cercanas a un cauce de agua, para formar cortinas rompeviento, para proteger la biodiversidad y para la regulación de la cadena alimentaria, evitando en algunos casos problemas de plagas, ya que cada especie tiene sus enemigos naturales que controlan su proliferación. También sirve para desarrollar la apicultura y la obtención de leña, entre otras cosas; además, la madera es solo uno de los fines.
El bosque ayuda en la regulación de las precipitaciones, evita la erosión, favorece la conservación del suelo, aporta materia orgánica al suelo.
Ventajas
La reforestación, o la recuperación y manejo de pequeños bosques nativos, en la propia finca tiene la ventaja que solo utiliza la mano de obra familiar; la semilla que se emplea está disponible en la misma naturaleza, no hay que comprarla de ningún negocio del ramo, no requiere la compra de fertilizantes, no necesita el empleo de herramientas caras, se la puede encarar con las tradicionales que tiene el productor. Así mismo, el productor puede aprovechar sus tiempos libres para dedicar al trabajo forestal.
La comercialización de los productos del bosque se puede hacer en el momento que más se desee, buscando la época de mejor demanda. Es importante tener en cuenta que la creciente escasez de madera hace aumentar de precio dicho producto a medida que va pasando el tiempo.
Lo fundamental es que los hijos podrán apreciar la importancia del emprendimiento que inició el padre y se verán obligados a darle continuidad, ya que el ejemplo es la mejor escuela, especialmente si es ventajosa.
La actividad forestal encarada como rubro de largo plazo no tiene necesidad de sacrificar áreas de cultivos agrícolas, se la puede iniciar en lugares donde haya mayor aptitud, que pueden ser laderas muy pronunciadas, bordes de arroyos, entre otros

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